En nuestra sociedad es muy común hablar del proceso de madurez femenino; a nadie le escapa el tema de los “calores o bochornos de la mujer madura”, de la menopausia y las necesidades del suministro de hormonas para que calmen el carácter y que se controle el estado de ánimo, así como para que recupere el apetito sexual.
La pregunta que se desprende es ¿qué pasa con el hombre en el periodo de la madurez?
Ahora sabemos que en la mujer existe una etapa en la vida que se denomina “menopausia” y posteriormente “climaterio”, en la cual la mujer pierde la capacidad reproductiva. Los años en el hombre también provocan cambios hormonales y por lo tanto en la sexualidad masculina. Los cambios generados en el hombre por los procesos hormonales son muy distintos a los que presenta la mujer.
El hombre no pierde la capacidad reproductiva, es fácil encontrar hombres de más de 60 años (por lo menos en el 50 % de ellos), esperma con calidad reproductiva y por lo tanto la edad no es impedimento para embarazar a una mujer. |
Otra de las diferencias entre hombre y mujer en edad madura, es que el hombre no está atado a periodos regulares o cambios bruscos, lo cual da la posibilidad de la procreación en varones de edad avanzada. Todo pareciera muy a favor del hombre, pero en realidad está atado a un proceso lento y algo que veremos a detalle más adelante pero que el mismo Freud ya apuntaba.
“No hay peor maldición que seguir teniendo deseo cuando fallan las erecciones”. |
En la década de los noventas se empezó a usar el término de “Andropausia” para los efectos que se
producen por la edad en los varones. El término Andropausia se acuño para referirse a las similitudes que parecía
tener con la menopausia, más adelante se ha comprobado que estos procesos no son del todo iguales.
Menopausia significa terminación de la menstruación, mientras que andro se refiere al hombre, pero el cual no
tendrá una terminación, asimismo el concepto de Climaterio, se refiere a “escalón” y el hombre lleva
un paso lento y prolongado sin subidas y bajadas.
La Andropausia identifica el proceso que sufre el varón mayor de 45 años, el cual es paulatino, largo, no termina
abruptamente con la capacidad de engendrar, ni tampoco termina con el deseo, ni con el ejercicio de la
sexualidad, pero si causa cambios hormonales, físicos y psicológicos.
Los síntomas de la Andropausia no solo son en la sexualidad; también se afecta el
estado de ánimo: presentándose irritabilidad, desasosiego e incluso una tendencia a la depresión y en la
función sexual uno de los principales efectos es la dificultad para tener y mantener la erección.
Aproximadamente a los 60 años de edad los hombres presentan las siguientes alteraciones:
Estas características se deben al desgaste corporal; y es resultado de múltiples cambios en las funciones biológicas y fisiológicas
de las células, tejidos y organismos.
Los mecanismos que lo producen son múltiples y específicos de la especie e incluso de órganos y células. Existe una reducción del
número o de la reserva de la capacidad funcional de las células y de su capacidad de ser reparadas o sustituidas.
Las alteraciones en la sexualidad son solo un aspecto; en conjunto, los factores de cambio hacen sentir al hombre que va perdiendo su
masculinidad, su potencia sexual, su atractivo, su capacidad laboral, la seguridad en sí mismo, la autoestima, etc.
Si bien la producción de esperma disminuye a partir de los 40 años, continúa hasta más allá de los 80 y los 90 años. De forma similar,
en tanto que la producción de testosterona declina gradualmente desde los 55 o 60 años en adelante, no suele darse en los varones una
caída severa de los niveles de hormonas sexuales, tal y como sucede con las mujeres.
Por esto, alrededor de un 5% de los varones después de los 60 años presentan síntomas de andropausia como lo son: debilidad general,
cansancio, falta de apetito, disminución del deseo sexual, pérdida de potencia, insomnio, irritabilidad, dificultades de concentración
(Kolodny, Masters y Johnson, 1979; Greenblah y Col, 1979), disminución del tamaño testicular, disminución de la movilidad espermática
entre las edades de 50 y 80 años.
En la afectación de la sexualidad de los hombres por efectos de la edad, Freud mencionaba que la peor situación que afecta a un hombre
es que se siga presentando el deseo cuando las erecciones fallan. A diferencia de la época de Freud hoy se cuenta con alternativas
terapéuticas para solucionar estos efectos.
Lo más problemático en esta etapa de la vida así como también lo más estudiado, ha sido la respuesta sexual; los cambios más comunes
que rebasan los 55 años son:
La medida preventiva más adecuada es llevar una alimentación sana, realizar una rutina de ejercicio diario de 40 minutos, vigilar el
peso corporal, reducir el consumo de alcohol y tabaco, eliminar el uso de drogas y la automedicación y tener un hobby o espacio propio
para el esparcimiento.
Es necesario tomar en cuenta los factores culturales que afectan el desempeño sexual de los hombres mayores de 45 años; entre los
cuales se encuentran los estigmas como son: “viejo rabo verde”, el “cebollón”, el “viejito
carcamán”, el “libidinoso”, etc., factores que niegan la existencia y posibilidad de una sexualidad libre y
satisfactoria a ciertas edades.
Pareciera que la sociedad otorga un espacio a la madurez siempre y cuando no sea sexualmente activa. Esto se ha convertido en uno de
los peores mitos de la sexualidad, tanto para los hombres como para las mujeres mayores a los 50 años. La verdad es que la actividad
y ejercicio libre de la sexualidad es una condición de cada ser humano hasta el último día de su vida.
Consejo General.- A partir de los 45 años, todo hombre debe vigilar si se presentan:
Al observar alguna de estas características, es el momento de visitar al Sexólogo para empezar a llevar un control de la
Andropausia y continuar con una sexualidad plena.
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Atentamente.
José Jaime Martínez Salgado
Psicoterapeuta de Pareja, Especialista en Hipnosis y en Programación Neurolingüística.
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